Jardines del Hipódromo, es el estadio donde juega de local Danubio. Cuadro de barrio por excelencia. La curva de maroñas es desde donde viene este importante club uruguayo. El barrio se empezó a movilizar más desde la reinauguración del Hipódromo. El centro hípico queda a unas cuadras del estadio danubiano.
El domingo 25 de agosto de 1957 fue la inauguración, tras la inversión aproximada de medio millón de pesos. Sin dudas que eran otras épocas. Una anécdota interesante sobre ese día es que un helicóptero de la Fuerza Aérea descendió con la pelota que se jugó el partido. La cifra histórica marca que ese día se vendieron 19.000 entradas. Un dato curioso: la más cara valía $3. Hoy la más barata vale 200 y la diferencia de cambio no es tan abultada como para decir que son precios equivalentes.
En su día inaugural contaba solo con tres tribunas, las dos cabeceras y la platea local. Pero en el 2000, se construyo la tribuna lateral faltante. Donde hoy se ubica el visitante. Con esta ampliación, el estadio logró una capacidad de aproximadamente 15.000 personas.
El estadio se encuentra en una especie de rotonda ovalada. La tribuna visitante apunta directamente a Camino Maldonado, pero queda a unas 5 cuadras, que en caso de que haya zona de exclusión no queda otra que caminarlas.
Dicha tribuna es la que le dan a los visitantes. Cuenta con la particularidad de que en la parte suprema tiene una palmera, Algo inusual en cualquier estadio del mundo. La palmera que fue quemada en una oportunidad por hinchas de Peñarol, ahora ya está sana nuevamente.
Una particularidad que tienen las laterales es que los escalones son anchos y aportan gran comodidad. No hay que pechar con las rodillas al de adelante como pasa en el estadio Centenario.
En su día inaugural contaba solo con tres tribunas, las dos cabeceras y la platea local. Pero en el 2000, se construyo la tribuna lateral faltante. Donde hoy se ubica el visitante. Con esta ampliación, el estadio logró una capacidad de aproximadamente 15.000 personas.
El estadio se encuentra en una especie de rotonda ovalada. La tribuna visitante apunta directamente a Camino Maldonado, pero queda a unas 5 cuadras, que en caso de que haya zona de exclusión no queda otra que caminarlas.
Dicha tribuna es la que le dan a los visitantes. Cuenta con la particularidad de que en la parte suprema tiene una palmera, Algo inusual en cualquier estadio del mundo. La palmera que fue quemada en una oportunidad por hinchas de Peñarol, ahora ya está sana nuevamente.
Una particularidad que tienen las laterales es que los escalones son anchos y aportan gran comodidad. No hay que pechar con las rodillas al de adelante como pasa en el estadio Centenario.
La tribuna es amplia y larga, una lástima que la situación actual del país lleve a que sea recortada por un pulmón contra la cabecera donde se alojan los danubianos.
El estadio albergó partidos importantes para la franja, tanto ante los grandes como ante equipos como Estudiantes de la Plata por ejemplo. La más recordada victoria por un hincha danubiano en su recinto, fue la de la final del campeonato uruguayo 2004 ante Nacional. Danubio dio la vuelta olímpica de local al ganarle 1 a 0 con un gol del histórico franjeado Diego Perrone en la hora y de taquito. Un detalle no menor: ese día llovía.
Los últimos años la institución se ha convertido en un club modelo en cuanto al trabajo con juveniles. Cavani, Gargano, José María Giménez y se vienen jugadores como Mayada y Gonzàlez. Las ganancias se reflejan en el gran estado del campo de juego, en la pintura de sus tribunas, en la cara de los hinchas locales. La curva se va enderezando de a poco.
Un estadio que es temido por varios por su ubicación. Pero puedo asegurar que es seguro y que sus al rededores son confiables. Eso sí, hoy es inseguro caminar en cualquier barrio así que las medidas deben ser las clásicas.
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