Muy pocas veces en su vida un uruguayo futbolero, se anima a
recorrer las canchas chicas del fútbol local. Es que en este país hay un gran
problema en torno a la distribución de hinchas. La inmensa mayoría son hinchas,
o dicen serlo, de los cuadros grandes. Así está instalado en la sociedad: ¿Sos
de Peñarol o de Nacional? Es la típica pregunta que se le hace a un niño chico.
Esto genera entre otras cosas, que los cuadros “chicos”
tengan estadios proporcionales a la gente que llevan partido a partido, o
también proporcionales a sus escasos ingresos. Estadios mal mantenidos, con
poca gracia arquitectónica, sin lujos más que gradas de hormigón frías o
calientes, dependiendo la época del año. En fin, estas canchas rodeadas de un
poco de hormigón, que se encuentra detrás de alambrados oxidados, son lo que
hacen distinto y hermoso a nuestro fútbol.
Por esto, la misión de este blog se encuentra en visitar las
canchas de los clubes “chicos” para llevarle al uruguayo promedio una descripción
de lo que se pierde.
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